Opinión

Preservación digital

Durante la última década, la industria audiovisual atravesó la conversión a sistemas digitales de registro y de reproducción de la imagen en movimiento provocando, en consecuencia, una importante crisis en el ámbito de la preservación. La valoración positiva del proceso de digitalización que observamos en la esfera política, estética y social, por ej. con la posibilidad de acceder a los medios de producción por poblaciones de menor nivel socioeconómico o de mayor acceso a los bienes culturales a través de las nuevas y múltiples pantallas, generaron a su vez un escenario negativo para la conservación de las obras audiovisuales en lo que a largo plazo se refiere.

La inestabilidad de los soportes que utilizan los dispositivos de cinta magnética, ópticos y las unidades de estado sólido, fue el principal desafío afrontado en el desarrollo tecnológico para la preservación digital. Lanzado en el año 1999, el Consorcio LTO iniciado por IBM, Hewlett Packard y Seagate (Quantum en la actualidad), ofreció una solución en formato de cinta abierta de alta capacidad y escalable, que en los últimos años se consensuó a nivel internacional como un estándar en la conservación de datos digitales a mediano plazo.

Si bien el Linear Tape Open (LTO) es un formato que asegura continuidad en su desarrollo porque intervienen gran variedad de empresas licenciatarias y a la vez que es un formato de estándar abierto con publicación de su hoja de ruta tecnológica, tiene un tiempo de vida previsto de aproximadamente 30 años. Pero este tiempo de vida está atravesado por la obsolescencia programada de las generaciones de cartuchos LTO Ultrium, por lo que en el plan de preservación digital debe contemplarse la migración de datos recurrente. El mismo consorcio, en efecto, prevé un máximo de 12 años al ofrecer el cálculo de rendimiento y costo de un plan de preservación digital. El Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos fundado en 1884 publicó en el número de mayo de 2017 de su revista, un artículo titulado “The Lost Picture Show”, en donde los responsables de los principales estudios de Hollywood denunciaron que la preservación a largo plazo de las películas digitales estaba llegando al colapso y que el formato LTO debía ser reemplazado por una tecnología superior.

El Consejo de Ciencia y Tecnología de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood junto al Programa Nacional de Preservación e Infraestructura de Información Digital (NDIIPP, por sus siglas en inglés) de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, publicó el importante informe “The Digital Dilemma” en 2007, en el que demostraron los problemas en el almacenamiento y acceso a largo plazo de los datos digitales. A raíz de este informe, la empresa noruega Piql, que ya comercializaba el Cinevator para la impresión de películas digitales en película fílmica, comenzaron a desarrollar una nueva tecnología gracias al apoyo de la Unión Europea y del gobierno noruego, y la colaboración de Riksarkivet, Fraunhofer, el Image Permanence Institute, Kodak y Texas Instruments.

A través del Proyecto piqlFilm iniciado hacia fines de 2018, la empresa ofrece una tecnología basada en el concepto Data-On-Film imprimiendo información de código binario en una película fílmica de base poliéster. Cada fotograma de la película fílmica es utilizado para imprimir un código muy similar al Código de Respuesta Rápida (más conocido como QR) que utiliza un software open source cuyo código fuente se almacena en la película al comienzo del carrete, tanto en formato digital como legible por humanos al igual que el resto de la información de código binario que se preserva. La Cineteca di Bologna y los archivos nacionales de Brasil y México, por ej. ya han confiado información en este sistema de preservación.

Según las pruebas de longevidad realizadas en laboratorio la esperanza de vida de piqlFilm es de al menos 500 años y de hasta 1200 años según los estudios realizados por el Image Permanence Institute (IPI). Una investigación reciente comprobó al someter cintas magnéticas, discos duros y piqlFilm a una gran cantidad de radiación nuclear, que sólo la información contenida en este último soporte fue recuperada en un ciento por ciento, mientras que en el caso de los otros dos la totalidad de la información fue perdida.

La plataforma de desarrollo de software GitHub propiedad de Microsoft, eligió la firma Piql para la conservación de 21 terabytes de información que contiene códigos de programación de su repositorio. En el depósito inicial la colección incluye el código fuente para los sistemas operativos Linux y Android; los lenguajes de programación Python, Ruby y Rust; plataformas web Node, V8, React y Angular; criptomonedas Bitcoin y Ethereum; herramientas de inteligencia artificial TensorFlow y FastAI; entre otros. Los 21 terabytes de información están contenidos en 186 carretes de película fílmica 35mm.

Sin dudas el código de computación almacenado es un componente sustancial de la cultura moderna que se ha vuelto esencial para nuestra forma de vida y pueden dar cuenta dentro de cientos de años de cómo vivíamos en sociedad. Sin embargo los softwares y los códigos de programación no están tan alejados de la producción audiovisual, puesto que forman parte de ella y muchas obras contemporáneas utilizan la interactividad en sus lenguajes artísticos. No obstante, cabe señalar que los códecs, el software utilizado para comprimir y descomprimir archivos de video digital, cambian constantemente, al igual que el hardware para su registro y reproducción.

En 2012, cuando Pixar decidió lanzar su película Buscando a Nemo (Finding Nemo, 2003) en Bly-ray 3D, el estudio ya no usaba el mismo software de animación y se dio cuenta que no podía recuperar mucha información del original, lo que implicó que la misma empresa perdió acceso a su propia película en menos de una década y tuvieron que reconstruir muchos de los movimientos de la animación cuadro a cuadro. Dado que parte del proceso creativo de un largometraje de animación implica el trabajo generado por computadora, el desafío de conservar los algoritmos y otras herramientas digitales para renderizar imágenes, son igual de importantes.

Actualmente Piql se encuentra trabajando en un proyecto nuevo lanzado en 2020 en el que busca desarrollar una plataforma que permita no sólo preservar las imágenes en movimiento para el futuro, sino también poder darle acceso en la actualidad. AV Treasure es un proyecto de dos años realizado en conjunto con Eurostars, organismos de financiación noruegos y daneses y la colaboración de Vintage Cloud, VIA University College y Valossa Labs. Quizás estemos frente a una solución definitiva para la preservación digital a largo plazo.

*Originalmente publicado bajo el título «Preservación digital: Microsoft elige la película fotoquímica para conservar códigos de programación» en el Website de la Sociedad por el Patrimonio Audiovisual www.patrimonioaudiovisual.org